Cáncer de hígado
El cáncer de hígado puede ser de dos tipos: primario (que comienza en el propio órgano) y secundario o metastásico (que se origina en otro órgano). Con mayor frecuencia, esto se debe a un tumor maligno en el intestino grueso o el recto.
Entre los tumores iniciados por el hígado, el más común es el carcinoma hepatocelular o el carcinoma hepatocelular. También existen colangiocarcinoma (originado en las vías biliares del hígado), angiosarcoma (cáncer raro que se origina en los vasos sanguíneos del hígado) y hepatoblastoma, un tumor maligno raro que afecta a recién nacidos y niños en los primeros años de vida.
INFORMAÇÕES DO AUTOR:
Dr. Marcel Autran Machado Especialista em cirurgia do aparelho digestivo e cirurgia minimamente invasivaProfessor livre-docente de Cirurgia pela Universidade de São Paulo, graduado pela Faculdade de Medicina da USP (FMUSP) e com residência em Cirurgia Geral e do Aparelho Digestivo pela mesma instituição.
CRM-SP nº 70330
Los síntomas más comunes del cáncer de hígado son: dolor abdominal, masa abdominal, distensión abdominal, pérdida de peso inexplicable, pérdida de apetito, malestar, ictericia y ascitis (acumulación de líquido en el abdomen).
Las principales formas de prevenir los tumores hepáticos primarios son:
- Evitar el contagio de los virus de la hepatitis B y C;
- Prevenir enfermedades metabólicas como la esteatosis (acumulación de grasa en el hígado) y la diabetes;
- Evitar el consumo de alcohol;
- No use esteroides anabólicos;
- Evitar lesiones precancerosas, como adenomas hepáticos, que pueden estar relacionadas con el uso de anticonceptivos orales;
- Mantener un peso corporal adecuado;
- No consuma alimentos contaminados por aflatoxina, una sustancia producida por dos tipos de hongos (moho) que se encuentran en los granos y algunas verduras, como el maní, el maíz y la yuca, cuando se almacenan en condiciones inadecuadas;
- No fumar y evitar el tabaquismo pasivo.
Para confirmar el diagnóstico de cáncer de hígado, el profesional puede ordenar algunas pruebas, como:
- Tomografía computarizada: examen que produce imágenes como si se tratara de un “corte” del cuerpo y sirve para descubrir y localizar tumores;
- Resonancia Magnética Nuclear: esta prueba puede definir la extensión del tumor un poco mejor en pacientes con cirrosis hepática
- Laparoscopia: permite la visualización directa del órgano y la biopsia (extracción de una pequeña cantidad de tejido para análisis de laboratorio que determinarán si el tumor es maligno o no). Este examen es aún más efectivo cuando se combina con una ecografía laparoscópica.
El tratamiento para el cáncer de hígado consiste en su extirpación quirúrgica (resección), que está más indicada cuando el tumor está restringido a una parte del hígado (tumor primario) y también en tumores hepáticos metastásicos en los que la lesión primaria se resecó o es probable que se reseque de forma curativa.